El Diario Montañés, 23 de mayo de 2018
Necesitamos
reposo. El día a día nos engulle y nos obliga a mirar hacia adelante, cuando lo
verdaderamente prudente es echar la vista atrás de vez en cuando, al menos en
el momento en que sientes que los años que has vivido superan a los que te
quedan por vivir. Es muy sano hacer una pausa. Yo suelo desconectar una vez al
trimestre. Y no viajo a lugares lejanos y bulliciosos sino a pueblos escondidos
de Cantabria, Palencia o Burgos, humildes en presencia pero pródigos en arte y
naturaleza; milenarios y vertebradores históricos de una Iberia que algunos se
empeñan en quebrar aguas abajo del Ebro. Y desde esa distancia, ante un gin
tonic nocturno, veo las cosas con otra perspectiva.
Acaso
esa tranquilidad es la que pretendían alcanzar Irene Montero y Pablo Iglesias
en su futura vivienda, alejándola del mundanal ruido, pero se les fue la mano –consejos
vendo, que para mí no tengo– y no midieron el peligro de tan magna inversión,
carnaza para ciertos lobos acechantes del periodismo que todo lo convierten en
lodo. Si Irene y Pablo hubieran mirado hacia atrás habrían aprendido de los
tiempos remotos en los que Ana Belén y Víctor Manuel, comunistas entonces,
sufrían ataques por no vivir bajo un puente, acordes con sus ideas políticas.
Es esa vara de medir tan nuestra, tan española, que aprecia con mucha claridad
los fuera de juego que se producen por la banda izquierda del campo político,
porque suelen ser los más llamativos.
Por
casa las cosas andan parecidas. Nadie quiere destacar por la cartera. El
ministro y el presidente están a la greña para ver quién de los dos gana menos,
algo que mola mucho en esta sociedad capitalista que, curiosamente, defiende
con ardor la ética de la contención para que el dinero permanezca en el mismo
lado.
Apuro
el gin tonic. Desde la lucidez del último sorbo me digo que no envidio a los
políticos. Su profesión, por culpa de unos cuantos, se ha hundido en el
desprestigio. Y es una lástima porque, aunque no lo creamos, son necesarios. Al
menos los buenos.
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