El Diario Montañés, 16 de mayo de 2018
Antes
de que las multinacionales cambiasen la situación, el séptimo día de la semana
se dedicaba a descansar. Nos han contado que la cosa se puso en marcha cuando
el Creador, pese a ser infatigable en esencia, paró tras ver finalizada su obra
y sentirse satisfecho, si bien los más descreídos aducen que por aquellas
fechas solamente pululaban por el paraíso Adán, Eva y los animales –ágrafos
todos–, y que no había cronistas ni papeles que dieran fe de tal inacción. Sea
o no verdad eso del parón celestial, lo cierto es que el ejemplo cundió, aunque
ahora, además de las insaciables multinacionales, algunos políticos no respeten
el descanso y aprovechen los domingos para presentar proyectos en pos del voto
futuro.
Hasta
donde alcanzan mis conocimientos, tal costumbre la inició Arzallus en las
campas de Vasconia, acaso por añoranza de sus años jesuíticos, congregando
multitudes en el día del Señor para su adoctrinamiento político. Fiel heredero
suyo –salvando todas las distancias porque él tan sólo congrega a los medios de
comunicación– es el ministro de Fomento, que cada fin de semana trata de seguir
al pie de la letra el significado de la palabra fomentar en todas sus
acepciones (1-promover, impulsar; 2-atizar; 3-aplicar paños empapados a una
parte enferma), y lo mismo promueve un tren, que impulsa una autovía, que atiza
a Revilla o le pone paños calientes a la crisis de las autopistas. Un trabajo
agotador por la diversidad de los frentes que tiene que abarcar apretando.
Según
hemos sabido, tampoco descansa la fotocopiadora de la Agrupación de
Trabajadores Independientes de Valdecilla, que este año ha hecho una media
cercana a las 500 copias diarias, incluyendo los domingos, hasta alcanzar las
163.000, «porque todo se imprime con doble copia en papel para su registro». Me
diréis que es una máquina y que las máquinas no necesitan descanso. Pero
debemos pensar que detrás de cada copia ha estado un trabajador apretando la
tecla. Y, qué quieren que les diga, tener que hacerlo tantas veces me parece
una forma de explotación. Sobre todo si es en domingo.
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