El Diario Montañés, 13 de marzo de 2019. ©eltomavistas
La pasada semana,
antes de que las lluvias le echasen una mano a quienes luchaban contra el fuego
en nuestros montes, la bahía humeaba. El viento sur introducía por ella las pruebas
del desastre y las esparcía por las calles de la ciudad con ráfagas violentas. Como
es costumbre en días ventosos, las casas señoriales del Muelle abrían la
entrada trasera para recibir las visitas –antaño, para deleite de los amantes
del chascarrillo, algunos de los carteles que se colocaban en las puertas para
advertir tal circunstancia decían que en días de sur los señores recibían por
detrás–. Lo cierto es que la ciudad volvía a oler a hoguera, un olor que me
hizo recordar su historia, trágicamente unida al fuego.
La bahía es nuestra
particular ventana al exterior. Se abre por el noroeste hacia el mar y por el suroeste
al patio interior de la región, que es de donde procedía la humareda. Es el
corazón de la ciudad, su esencia, otrora más marinera y comercial; ahora
volcada hacia el turismo. Pero aún conserva gran parte de su lozanía, pese a
los ataques que recibe el entorno de su superficie e, incluso, su piel
sumergida, de la que un desaprensivo arrancó hace poco treinta kilos de las anémonas
que tanto la embellecían.
Por los aledaños
de la bahía han puesto colorido rosa, plagado de risas, cerca de mil personas,
en una carrera hacia la igualdad de género. La ciudad, a su paso, ya no estaba
triste ni oscura, como le pareció recientemente a Esty Quesada, ‘youtuber’ y
provocadora, que llegó a compararla con su alma. El batallón rosa de paz, que
pretendía eliminar otros malos humos, surcaba su orilla, y la bahía, muy femenina
ella, lo recibió con sus mejores galas. Es lógico que vibre el Centro Botín
ante tanta belleza. Los edificios tienen alma, y acaso ésta se sobrecoja con
las mareas o cuando comprueba que su perfil, el de la bahía, está mucho más
bello sin aditamentos innecesarios o cuando la pasean multitudes multicolor o
cuando sus aguas, en la noche, reflejan destellos de luna.
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