El Diario Montañés, 15 de mayo de 2019
Está
bastante arraigada la idea de que en las elecciones municipales y autonómicas
pesa tanto la imagen de la persona como la de su partido. No osaré decir que el
partido no tenga importancia, pero en estos comicios incide sobremanera la
opinión que tienen los vecinos con respecto al trabajo que los candidatos han
realizado durante la legislatura. La papeleta del votante tiene cierta orientación
individual. Es una cuestión de cercanía. Rajoy lo intentó explicar a su manera
cuando dijo aquello de que «es el vecino el que elige al alcalde y es el
alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde».
En
efecto, ahora vamos a elegir a quienes deben encargarse de desarrollar la
actividad más próxima, la del día a día, tomando decisiones que afectarán al
vecindario, y no aprobando leyes fundamentales, que seguirán proviniendo de ámbitos
más elevados. Y como quiera que, por próximos, todos conocemos físicamente a
los aspirantes, no acierto a explicarme el trabajo de retoque que están haciendo
los publicistas en los carteles electorales. Sé de un partido que, de tanto
aplicar filtros de belleza con Photoshop a sus fotografías, los presenta con un
aspecto tan diferente que albergo la duda de si en realidad los estará cambiando.
Salvo honrosas excepciones, todos parecen salidos de alguna revista del
corazón, sin arrugas ni patas de gallo, que, por cierto, antaño eran señal de
vejez –esa etapa humana en la que, según Platón, se
alcanzaba la prudencia, la discreción y el mejor juicio–. Sólo las canas obtienen
el pláceme. Incluso se destacan y se perfilan con esmero –sobre todo en el caso
de los candidatos masculinos–, porque no son incompatibles con la juventud y transmiten
la sensación de entrega incondicional al trabajo. ¡Cuánto peligro tiene la
psicología barata aplicada al marketing político!
El resto de acciones en estos días repiten patrones trillados.
Numerosas obras al final de la legislatura, aceras renovadas, carreteras
asfaltadas y un futuro perlado de decisiones que se adornan con imaginativas infografías.
Los ciudadanos recelan. Temen que tanta promesa electoral también esté aliñada
con engañoso maquillaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario