El Diario Montañés, 25 de junio de 2025
Los
tiempos han cambiado una barbaridad, y a su rebufo los de la Iglesia. Hay
centenares de templos que han instalado cepillos digitales para recaudar los donativos
(limosnas), que se pueden realizar en efectivo, con tarjeta o Bizum (desconozco
si con límites operativos, porque la institución es perita en bulas). De esa
forma no existe ningún riesgo de hurtos indeseados.
Hace
unos años solo nos hablaban de la X para que la marcásemos en su casilla al
hacer la declaración de la renta. Ahora algunos de sus miembros más destacados utilizan
X como red social (antiguo Twitter) para comunicarse con su rebaño y compartir
con él la información necesaria. Es la versión moderna de una Iglesia que se ha
puesto al día.
Esta
semana, con valentía e innegable vocación democrática, los obispos españoles han
pedido elecciones anticipadas, sabedores de que, aun formando parte del mundo
divino, nada de lo humano les es ajeno. «Que hablen los ciudadanos es un
principio básico de una democracia», ha manifestado categórico Luis Argüello,
portavoz de la Conferencia Episcopal, en clara demostración de que no concibe
separación alguna entre la vida religiosa y la política. Así pues, no debe permanecer
tranquilo el César pensando solo en sus asuntos, porque al final también son de
la Iglesia, que es de Dios.
Los
obispos se sienten peor tratados cuando gobierna la izquierda, que en cuanto
huele poder no pierde ocasión de echarle fuego a los casos de abusos sexuales. Situaciones
por las que ellos han pedido públicamente perdón. En su caso, una petición
verdadera, como los besos de la española. El perdón de Sánchez apenas tiene
validez, porque dicen que, aunque «humanamente sea reconocible, políticamente es
irrelevante». Y para más inri no lo ha pedido en confesión, que es cuando los
casos más peliagudos obtienen absoluciones definitivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario