miércoles, 31 de enero de 2018

ÍÑIGO Y LA ENGAÑA (31 de enero de 2018)


El Diario Montañés, 31 de enero de 2018

Siento debilidad por De la Serna. Hace años, en una conversación distendida, le pedí que diera un paso adelante para traer a Cantabria una derecha más civilizada que la de Diego. Entonces soltó una carcajada franca. No creo que ahora le haya producido tanta gracia la propuesta envenenada que le ha hecho el propio Diego, retándole a ser el candidato en las próximas elecciones –pasando por encima de Buruaga– para que las pierda al frente de un partido que él ya se ha encargado de partir en dos. Por eso Íñigo ha dicho que le aparten ese cáliz. Además, se encuentra a gusto como ministro. Y deja buena imagen por doquier: el expolítico ilicitano Joan Antoni Oltra dice que Íñigo es un fenómeno. «A todos atiende. A todos promete soluciones. Anuncia estudios informativos, anteproyectos, proyectos y lo que haga falta. De dónde saldrá el dinero y los plazos de ejecución, es pedir mucho, hay que tener fe y esperanza. En todo caso, será en los próximos años. Así nadie podrá decir que le engaña». Magnífico retrato del seductor infográfico.
También viene asiduamente a Cantabria, rey mago de los suyos, con proyectos bajo el brazo. Pero reparte carbón cuando se trata de sacar adelante las ideas del gobierno regional. Ahora acaba de manifestar que reabrir el túnel de La Engaña no le seduce, porque introducirse en la oscuridad, sin escuchar a los pajarillos, más que un atractivo es un suplicio. Y yo, que he pasado dos veces por ese extraordinario suplicio, no estoy en absoluto de acuerdo. De los pájaros disfruté afuera, pero en el interior sentí indignación ante una obra imponente que la estupidez humana ha declarado inservible.
Te invito, Íñigo, a que atravesemos juntos el túnel de La Engaña. Dentro no hay pájaros, cierto. Ni circulan trenes por su trazado inútil, como quizá tampoco pase nunca por Cantabria el AVE que nos prometieron tantos responsables políticos. Si me acompañas, intentaré convencerte para que te saques alguna infografía de la chistera. Luego, incluso, se puede adornar con pajarillos. Y si presentas el proyecto con presupuesto y fecha claros, se produciría la gran paradoja: tú, el gran embaucador, le pondrías fin al engaño de La Engaña.

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