miércoles, 7 de febrero de 2018

¿CUÁNTO TE APUESTAS? (7 de febrero de 2018)


El Diario Montañés, 7 de febrero de 2018

Las casas de apuestas ‘on line’ están de moda. Uno escucha la radio o ve un partido por la televisión y siempre hay anuncios que incitan a jugar; incluso adelantan el dinero para que superes las dificultades de la primera vez. Actúan como los camellos con la droga, porque tienen comprobado que quien prueba repite, y la repetición fomenta la adicción, que es la base del negocio. Se apuesta por todo. En fútbol se juega dinero no sólo por el resultado final, sino por adivinar quién será el autor del primero o del último de los goles, o por el número de tarjetas que mostrará el árbitro, o por el color de las mismas... Las posibilidades son casi infinitas.
Nunca he tenido la debilidad de apostar habiendo dinero por medio, un problema que es muy serio, pues, según Jugadores Anónimos –que de esto saben mucho–, «la ludopatía es una enfermedad que hace de tu vida una mentira y puede acabar en el suicidio». Sin quitarle importancia a un asunto que la tiene, y mucha, debo reconocer que hay algún tipo de apuesta que sí me gustaría plantearles a ustedes, aunque fuera sin jugarnos nada. Son apuestas saludables, porque nos mantendrían alerta ante los vendedores de humo. Incluso tendrían más importancia para nuestra sociedad que un resultado de fútbol o el minuto en que un jugador meterá su gol. ¿Les parece bien? Pues, vamos allá:
Podíamos empezar apostando si el ministro de Fomento hará o no finalmente el túnel de Saltacaballo. Luego, apostaríamos sobre la fecha en que se construirá el tercer carril de la autovía Santander-Torrelavega. También podíamos jugárnosla sobre si la reforma de las vías de acceso a Santander se comenzará estando próximas las elecciones. O si se resolverá en esta legislatura la sede del MUPAC. O si se levantará el MAS de sus cenizas. O si llegaremos a ver algún día el tren rápido en Cantabria. O si llegará a funcionar el MetroTUS satisfactoriamente. O...
Desde luego, si las casas de apuestas lo descubren, en el juego de las promesas políticas tendrían un filón. 

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