martes, 30 de septiembre de 2025

TERTULIAS CON VOCERÍO (1 de octubre de 2025)


 El Diario Montañés, 1 de octubre de 2025

Dicen que los perros pueden entender más de ciento cincuenta palabras. No está mal, si tenemos en cuenta que es la misma cantidad que manejan los niños de tres años. Bruma, mi perra fiel, secretaria que me acompaña mientras esto escribo, ha desarrollado gran capacidad de percepción, y un raciocinio que para sí quisieran los tertulianos de la prensa rosa o deportiva, que tanto monta, porque ambas conviven dentro de un ecosistema televisivo viciado por los gritos y la nula comprensión. Pensaba en esto mientras, por lances de la vida, soportaba los programas televisivos que, con noventa y cinco años, consume mi suegra, adormilada, sin apenas comprenderlos, pero a todo volumen, quizá por necesidad del ruido de fondo. Si cambiara con rapidez el canal y mezclara las infidelidades del torero y la folklórica con los exabruptos de Roncero, la confundiría con facilidad.

Entonces vino a mi memoria el soneto que José María Pemán dedicó a José María Cossío deseándole una vejez tranquila, paseando por Tudanca y, ya chocho, mezclara sus tres aficiones principales, literatura, toros y fútbol:

«El famoso marqués de Santillana / era del “Racing” delantero centro. / ¡Y cómo toreaba en cada encuentro / “al natural”, con su muleta grana! / Se llamaba José. Por su ventana / se veía Tudanca, sierra adentro: / eje de la Poesía y epicentro / donde “el Gallo” compuso La Araucana. / Mientras, Pepe Luis Bécquer Suárez, / del “Barcelona” y de las Rimas gala, / nos colaba un “penalty” de cantares. / Este es, lector, mi cielo y mi Valhala: / Pereda… Peña Amaya… Cielos… Mares… / Una marquesa… un puro… ¡un gol!... ¡Kubala!».

Cuando leo el artículo en voz alta, como tiene trescientas palabras, Bruma no lo entiende completamente. Pero sospecho que llega un poco más allá que algunos tertulianos.

martes, 23 de septiembre de 2025

HOY NO ME QUIERO LEVANTAR (24 de septiembre de 2025)

 

El Diario Montañés, 24 de septiembre de 2025

Resulta que la murria que nos ataca los domingos por la tarde es un síndrome que, como exige el rigor científico, tenía su nombre correspondiente en inglés: 'sunday scaries' ('terrores del domingo'). Cuando lo supe, experimenté el mismo asombro que Jourdain, el protagonista de ‘El burgués gentilhombre’; él llevaba más de cuarenta años expresándose en prosa sin saberlo, y yo sufro los rigores dominicales hace más de sesenta años –desde que tengo uso de razón– sin nombrarlos correctamente.

Y mira que los domingos suelen comenzar bien, con un desayuno tranquilo, rememorando la prometedora tarde de los viernes, cuando teníamos por delante todos los proyectos de holganza, o la fiebre pasional del sábado noche –si todavía la edad admite ciertas licencias amatorias–. Pero a eso del atardecer, no sé qué es lo que nos pasa, que el alma comienza a capitidisminuir y surgen terrores infundados, porque no parece racional tener más miedo a un jefe que, pongamos por caso, a un oso, por mucho que el primero nos considere bolcheviques si pretendemos trabajar unas horas menos a la semana.

Yo tengo que confesar que, aun jubilado, sigo amurriándome, perdón, padeciendo ‘sunday scaries’, en los sopores vespertinos de los días festivos, previos al curro –como cuando dicen que los miembros, incluso amputados, continúan doliendo–, y los lunes me arrebujo con fuerza en las sábanas porque no me quiero levantar.

Quizás haya dado en pensar en este asunto motivado por la particularidad que tenía el pasado domingo, víspera de la entrada del otoño, con un tiempo lluvioso y gris, radicalmente distinto al veraniego, que anunciaba el regreso de nuestros responsables políticos al debate en el Parlamento de Cantabria, que ha puesto en marcha «un nuevo curso marcado por una “intensa” agenda legislativa».

¡Menuda mala tarde habrán pasado los pobres! ¡Qué faena!

martes, 16 de septiembre de 2025

LO QUE EL LENGUAJE ESCONDE (17 de septiembre de 2025)

 

El Diario Montañés, 17 de septiembre de 2025

El lenguaje, que nació con vocación de entendimiento, en consonancia con estos tiempos convulsos se utiliza como herramienta de desencuentros. Aunque entre el blanco y el negro existen numerosos matices de grises, nadie quiere apreciarlos, y los grupos ideológicos prefieren posicionarse en uno u otro lado del espectro cromático para mostrar, cual armas arrojadizas, las diferencias. Y dado que las palabras tienen múltiples caras, como los poliedros, no ayudan a la concordia y se convierten en balas de división. Basta con que unos proclamemos que Israel está cometiendo un genocidio con Gaza, para que rápidamente otros nos consideren zurdos de pensamiento, porque un pensamiento diestro, como dios manda, a lo sumo admitirá el término presión, nunca el de genocidio.

La Vuelta ciclista a España ha servido de escaparate para mostrarle al mundo, según los primeros, lo mejor de nuestro país, denunciando el genocidio; para los segundos ha supuesto una vergüenza internacional, muestra de nuestra ruindad. Allá cada cual con su conciencia, si es que aún nos queda. Poner en el mismo nivel de la balanza los asesinatos de Gaza –según Save the Children, «al menos un niño palestino ha sido asesinado cada hora, de media, por las fuerzas israelíes en Gaza durante casi 23 meses de guerra, en total más de 20.000»– y la suspensión del final de la última etapa, es para que nos salgan los colores, salvo que seamos freires, delgados o similares.

En esto del lenguaje, un conocido empresario cántabro, simpatizante del orden y la jerarquía, no tuvo reparo alguno cuando calificó de bolchevique la pretensión del gobierno de reducir unas pocas horas la jornada laboral. Tuve que recurrir a la faceta diplomática de la lengua y esconder el enfado que me producían sus palabras tras un taco refinado, cual personaje del novelista Ignacio Sanz: «Cagüen Dioro».

martes, 9 de septiembre de 2025

CONTAMINACIÓN TECNOLÓGICA (10 de septiembre de 2025)

 

El Diario Montañés, 10 de septiembre de 2025

Cada vez que introduzco la basura en su contenedor correspondiente de reciclaje, sospecho que después puede ir a parar a cualquier sitio. Aun así, ciudadano cabal, cumplo con el deber cívico de depositarla en su lugar en busca de un mundo mejor. 

En esas estaba cuando mi hijo –enormemente respetuoso con nuestro planeta– me sugirió que me informara sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el medio ambiente. «No son tan limpias», dijo, y añadió otro jarro de agua fría al incluir en la ecuación a los coches eléctricos, «apenas tienen vida útil para amortizar la contaminación de sus baterías; puedes comprobarlo». Lo hice utilizando la IA y obtuve resultados asombrosos: «El impacto ambiental de las tecnologías digitales está creciendo rápidamente, en especial por el auge de la inteligencia artificial y el uso masivo de plataformas tecnológicas. Google ha emitido 14,3 millones de toneladas de carbono en 2023 (el 48% más desde 2019); Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) 7,5 millones de toneladas; TikTok más de 50 millones de toneladas al año (supera las emisiones anuales de Grecia); YouTube 11,13 millones de toneladas en 2016 (equivalente a las emisiones anuales de Madrid); Inteligencia Artificial hasta 100 millones de toneladas al año. Las emisiones totales han aumentado un 150% entre 2020 y 2023. Además, los centros de datos consumen enormes cantidades de electricidad, y agua para refrigeración. Los más grandes pueden gastar hasta diecinueve millones de litros diarios».

Confieso que estas cifras me acojonaron y me hicieron pensar en las necesidades del Proyecto Altamira, nuestro futuro macrocentro tecnológico y de datos, anunciado con gran despliegue publicitario como uno de los más grandes de Europa. (También debo admitir que recurriendo a la IA para obtener esta información me he sentido tan culpable como cuando por error meto los residuos en el recipiente equivocado).

martes, 2 de septiembre de 2025

MI GRAN NOCHE (3 de septiembre de 2025)

 

El Diario Montañés, 3 de septiembre de 2025

Este pasado fin de semana fui orgulloso padrino en la boda de mi hija, y por fin pude superar la incertidumbre que había vivido con anterioridad. Y no es que me preocupara la ceremonia –sencilla, sin cura ni lujos–; me preocupaba que, según la tradición, debía bailar el vals. ¿Bailar yo? Dejé claro desde el primer momento que eso era imposible. Desconozco si nací sin el don de la coordinación, o con el de la vergüenza excesivamente desarrollado, pero lo cierto es que no me veía, ni quise que los demás me vieran, haciendo el ridículo (bastante me costó apuntarme a las clases de pilates hace unos meses porque me iban a «venir bien para la salud»).

Dándole vueltas al caletre se me ocurrió un plan que al final resultó eficaz: como no quería hacer piruetas ni alardes (mucho menos ese día en que decenas de cámaras de los invitados estaban atentas para grabar cualquier desaguisado), acuné a mi hija en el hombro, mientras sonaba la susurrante voz grave de Leonard Cohen cantando ‘Take this Waltz’, lo mismo que hacía para dormirla cuando era pequeña. Aquello me emocionó (y creo que emocionó a los demás) hasta las lágrimas. Pero preferí que estas fuesen de ternura y no producidas por mis movimientos descoordinados durante el baile.

Los asistentes tuvieron la oportunidad de reír después a mandíbula batiente con la actuación en directo de ‘Mamá Ladilla’, la banda musical que formó mi amigo Juan Abarca, quizá obligado al comprobar que la música clásica (él es profesor superior de guitarra) apenas le alcanzaba para malvivir. Fue entonces cuando orientó parte de su saber hacia la composición de las letras irreverentes y gamberras de sus canciones. Ellos, que no son uno sino tres, hicieron que todos olvidaran mi gran noche. Todos, menos yo.



martes, 26 de agosto de 2025

LOS MEJORES, LOS PRIMEROS, LOS ÚNICOS (27 de agosto de 2025)


 El Diario Montañés, 27 de agosto de 2025 (foto DM)

Somos los mejores, los primeros, los únicos. Los mejores, según las declaraciones de Sergio López-Rivera, que acaba de exponer en este periódico que «Santander es mil veces mejor que Mónaco, que Niza, que cualquier sitio». Está claro, lo decía Machado, que a las palabras de amor les conviene un poquito de exageración. Nosotros no necesitamos casinos, ni yates, ni glamur, ni museos. Nos basta con el «marco incomparable» de la bahía, espléndido cuando el viento del norte aclara la visión hasta los confines de Castro Valnera o el Picón del Fraile, e incluso nos permite contemplar el humo que surge todos los años por los Picones de Sopeña, la zona que más se ha quemado de toda Europa –ocho veces consecutivas entre los años 2018 y 2025–. En eso hemos sido los primeros, sin discusión ni subjetividades. En eso y en el silencio con el que cubrimos el delito de quienes desdibujan la riqueza del paisaje a fuerza de quemar las raíces vegetales y, en parte, las del alma.

Los mejores en cuanto al paisaje, los primeros en cuanto a las quemas… y los únicos de toda España que hemos renunciado al MIR de Urgencias, en otra medida controvertida de César Pascual, que siempre parece empeñado en ocupar el centro de la noticia. A su modo, es también un incendiario, en su caso de las redes, a las que alimenta con la gasolina de sus controvertidas decisiones que muchos consideran enfocadas a privatizar la Sanidad. Mientras tanto, la presidenta mantiene en él toda la confianza porque realiza su gestión con «criterio, valentía y honestidad, en una situación de enorme complejidad».

Son declaraciones rendidas, como las de José Luis López Vázquez en ‘Atraco a las tres’, cuando decía con reverencia de espalda: «Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo».

martes, 19 de agosto de 2025

CASA EDITORIAL ARALUCE (20 de agosto de 2025)

 

El Diario Montañés, 20 de agosto de 2025

Transcurría el año 1998 cuando Emilio Pascual, Editor con mayúsculas, recuperó en Anaya veinte de los noventa y tres títulos que había publicado la editorial Araluce en su colección ‘Las obras maestras al alcance de los niños’. Los primeros ejemplares habían aparecido en 1912, y desde aquel mismo momento la Dirección General de Primera Enseñanza consideró que tenían «mérito bastante» para que se les declarase de utilidad educativa. La presentación de los libros que reeditaba Anaya se realizó en el Salón de Actos de la Fundación Giner de los Ríos, en Madrid, donde estuvo ubicada la Institución Libre de Enseñanza, en cuya biblioteca –y curiosamente también en la de Alfonso XIII– figuraron siempre «todos los títulos que iba publicando la editorial Araluce». De igual manera llegaron a prácticamente todas las escuelas de España, por remoto que fuese el lugar, para que los niños se enriquecieran con las lecturas de ‘La Ilíada’, ‘La Odisea’, ‘Las mil y una noches’…

El responsable de la publicación de aquella Biblioteca Araluce había sido Ramón de San Nicolás Araluce. De su editorial se sabe mucho; de su persona muy poco. Había nacido en Santander, ¡sí, en nuestro Santander!, en 1865. A los quince años se fugó de casa, pues, tras morir su madre, su padre volvió a casarse y la vida con su madrastra le resultaba insoportable. Se enroló en un barco rumbo a México, y allí, tras probar múltiples oficios, entró de aprendiz en la editorial De la Fuente Parres, de la que llegó a ser gerente, primero, y dueño, después. Quiso el destino que años más tarde se casara con una catalana, y decidieron regresar a España para fundar en Barcelona, en 1890, la Casa Editorial Araluce, de la que fue responsable hasta su fallecimiento en 1941.

Durante todos esos años, Ramón de San Nicolás Araluce, desconocido santanderino universal que bien merecería un reconocimiento, dejó para la historia de la edición un catálogo de primerísima categoría.

martes, 12 de agosto de 2025

EL PARQUE DE CABÁRCENO (13 de agosto de 2025)

 

El Diario Montañés, 13 de agosto de 2025

Confieso que este artículo es distinto al que tenía escrito. Mi mujer, que siempre me asesora, me dijo que, siendo el verano un tiempo de despreocupación, debía rebajar el tono crítico. Quizás tuviera razón. Así que eliminé el anterior, que ofrecía un modelo para pronunciar un discurso institucional en el Día de Cantabria que llevase dentro de sí, sin que apena se notara, un mitin de partido. Alertaba, eso sí, del peligro que supondría denunciar la falta de equidad en el trato del reparto de los dineros estatales, justamente cuando acabábamos de conocer que Cantabria es la comunidad autónoma que más euros recibe por habitante. Pero, repito, lo deseché siguiendo su consejo.

«¿Y sobre qué puedo escribir?», pregunté. «Cuenta algo sobre el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, ahora que se cumple el trigésimo quinto aniversario de su apertura; tú conoces su historia desde que era una mina de hierro al aire libre». En efecto, mi padre trabajó allí de capataz minero, y mi tío Guillermo solía llevarme en su camión, cuando yo apenas tenía diez años, para recoger el mineral en Cabárceno y descargarlo en las tolvas de Solía. Además, por transmisión directa de Alberto Javier Cuartas Galván, villaescusano de pro, conozco la anécdota del día en que se reunieron en la mina, que amenazaba cierre, altos cargos de la empresa Orconera con Hormaechea y otros miembros de la política cántabra, para reconocer el yacimiento y estudiar su viabilidad. Mientras todos especulaban con lo que podía hacerse para salvar la minería, Hormaechea les sorprendió con una frase desconcertante: «Ahí, al fondo, irán los elefantes». En aquel mismo instante, Cabárceno realizó un giro copernicano del sector primario al terciario. Y, posiblemente, también virase toda Cantabria.

En absoluto pretendo decir que fuera una mala decisión. Pero sí que inició una tendencia.

martes, 5 de agosto de 2025

PARQUES EÓLICOS (6 de agosto de 2025)

 

El Diario Montañés, 6 de agosto de 2025

Ante el turismo masivo que comienza a agobiarnos, parecería que se estén tomando medidas preventivas. Algunas son anecdóticas, como la del estajanovista Feijoó, que dijo que las vacaciones están sobrevaloradas (poco después, con el rostro bien bronceado, recomendó que quienes no sepan distinguir una broma se tomen un albariño y descansen). Otras son en verdad alarmantes, como la prevista proliferación de parques eólicos que pueden destrozar el privilegiado paisaje de nuestra región. Lo primero se quedó en una chanza propia de las declaraciones en directo cuando se pretende ser gracioso y no se sabe callar a tiempo; lo segundo es preocupante, porque el plan eólico dibujado sobre el mapa regional amenaza con llenar el paisaje de molinos de hasta doscientos metros de altura y pistas para poder acceder a ellos y a las torres eléctricas que trasladarán la energía eólica a centros de transformación y distribución, porque no siempre se utilizarán cables subterráneos.

En abril de 2022 Gochicoa, entonces consejero regional, presentó un proyecto que pretendía «que las zonas de exclusión supusiesen un 93,9% de la región, y las zonas condicionadas un 3% adicional». De ese modo solo quedaba el 3% del territorio «sin restricciones para la implantación eólica». Desconozco si el BOE del 14 de julio, publicado con alevosía veraniega, recoge el cambio radical de aquella propuesta, pero lo cierto es que las zonas implicadas en el actual desarrollo eólico sostienen que «llega sin avisar, sin información y sin tener en cuenta a los vecinos».

De ser así, parecería que los responsables políticos estuvieran solo preocupados de que esos artefactos gigantescos no estropeasen las maravillosas vistas de la bahía desde los miradores de la ciudad, porque nuestra costa representa «el refugio de una España que se achicharra».

En cuanto al interior, supondrán que su belleza podrá atenuar cualquier desaguisado.

martes, 29 de julio de 2025

SETECIENTOS (30 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 30 de julio de 2025

Siento indignación frente a estos políticos irresponsables con falsos currículos. Existían ya títulos dudosos, expedidos por universidades privadas de desconocido prestigio, junto con una proliferación de másteres de otras universidades con mayor renombre que podían obtenerse en pocos días en un barrio de Madrid, previo pago generoso. Pero ahora, además, el historial educativo de algunos de estos caraduras aparece reforzado por titulaciones que nunca alcanzaron, aunque les venían de perlas para realzar sus méritos y demostrar que habían conseguido su puesto tras haber hincado el codo durante muchas horas de estudio, no por el dedo de sus superiores. Es la cara falsa de quienes debían estar preparados para defender la verdad. Curiosamente, al ciudadano de a pie, que tiene que desenvolverse en el escenario de una realidad mucho más exigente, esa «titulitis» no le aporta gran cosa para su futuro laboral. De hecho, hay quienes piensan que «los jóvenes van a la Universidad para conseguir títulos que no sirven de nada, y que habría sido mejor que hubiesen aprendido un oficio como fontanero o electricista». El escenario cotidiano y el político, según parece, discurren por sendas diferentes.

Yo, jubilado, no necesito mostrarle a nadie mi currículo, exiguo por otra parte. Soy un maestro que nunca ejerció, autor de unos pocos libros –aunque como editor he impulsado bastantes– y columnista de opinión en este periódico, en cuyas páginas alcanzo, con este de hoy, setecientos artículos. Una buena tarjeta de presentación.

En la edición digital mantengo unos pocos asiduos discrepantes, aunque también un grupo de seguidores más afines. Este pasado sábado me encontré con uno de ellos, Joaquín Molleda, en su restaurante de la lejana Pejanda, casa de gastronomía, alojamiento, amistad y cultura. Me sorprendió llamándome «el gran Herrán».

Elogios como este no son el resultado de ningún currículo, por inflado que esté.

martes, 22 de julio de 2025

EL VERANO NOS CONFUNDE (23 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 23 de julio de 2025, Fotografía @Diario Montañés

Si continuamos de este modo, en Cantabria podemos morir de éxito. Los turistas han descubierto la calidad de nuestro clima en estos tiempos de calentamiento global y no han dudado en considerarnos una región privilegiada para huir de tórridos agobios. Y nosotros, hospitalarios como somos, los recibimos con los brazos abiertos y las agendas repletas de eventos para entretenerlos. La Semana Grande de Santander, «con más de doscientas actividades y treinta casetas de la Feria de Día», es uno de los primeros. Desde que se disparó el chupinazo, las calles respiran fiesta. Pero, como siempre hay alguien dispuesto a echarle agua al tinto de verano, ya hubo quien aprovechó para denunciar que el paisaje después de la batalla terminó devastado tras la primera noche de celebraciones, con zonas que se llenaron de «basura, bolsas, vasos de plástico, botellas, restos de comida y cierto hedor a orines»; incluso sospechan que, como en la capital todo se tapa, los tres apuñalados que registró la crónica de sucesos «dejarán de ser noticia porque el hecho no acaeció en Torrelavega».

Para más inri, en vez de resaltar la calidad de las faenas del coso santanderino –la puerta grande se abre a diario para sacar a hombros al héroe de turno–, prefieren afear la pasión que siente nuestro mocerío por la fiesta nacional, como han demostrado los jóvenes que guardaron cola durante una noche para adquirir las localidades más económicas.

Y, por si esta mala leche no fuera excesiva de por sí, hay quienes pretenden culpar a la llegada del verano de la precariedad que padecen algunos servicios básicos. Por eso aprovechan para denunciar la falta de contratación de personal en Correos o el cierre de consultorios médicos rurales, porque, según acusan, solo sabemos colocar los huevos en la cesta del estío.

¡Cómo somos!

 


lunes, 14 de julio de 2025

DESPROPÓSITOS (16 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 16 de julio de 2025. Fotografía DM

Tenemos una sociedad desconcertante, capaz de realizar acciones tan dispares como en ocasiones disparatadas. Algunos jóvenes se han conjurado por las redes sociales para defecar en las piscinas, quizás porque, como decía Francisco de Quevedo, «no hay contento en esta vida / que se pueda comparar / al contento de cagar» o «no hay gusto más descansado / que después de haber cagado». Aunque supongo que en sus poemas escatológicos se refería a que lo hicieran dentro del orinal, sin enturbiarle a nadie la fiesta del agua, que es lo que está sucediendo ahora, en esta época de retos virales en la que, como dijo Boileau, «un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira».

Surge otra vertiente más espiritual, que no hace daño a nadie pero es igual de absurda. Consiste en ofrecer conciertos musicales a las plantas. Como hay disparates que se visten de arte, varias personas se acercaron esta semana a los Jardines de Pereda con tiestos para escuchar música. Incluso los más atrevidos bailaron con sus plantas, a las que, según Eugenio Ampudia, director del evento, «les gusta la música clásica y no les gusta nada el rock and roll». Hubo quien, atrapado por la fuerza de la performance, creyó ver que las plantas se meneaban de contento siguiendo el ritmo, aunque otros, más pragmáticos, achacaron tales bamboleos a las ráfagas de viento.

Suelen decir los críticos de estas posturas tan extravagantes que, al paso que vamos, la humanidad se extinguirá pronto. Los jóvenes cántabros parece que ya han tomado nota, pues desde 2008 hasta 2023 se mantienen líderes en cuanto a que la nuestra sea la región con mayor descenso de nacimientos de toda la Unión Europea. Menos mal que la población con nacionalidad extranjera sigue haciéndonos crecer. Aunque Vox no la quiera.

martes, 8 de julio de 2025

COMECABLES Y CHUPACABRAS (9 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 9 de julio de 2025. Fotografía Diario Montañés


En abril publicaba este periódico que en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno habían amanecido cinco coches con los cables del ABS cortados. También un camión con las cuatro ruedas pinchadas, «todos ellos en lugares donde no existen cámaras de seguridad –según la empresa pública– o donde las que están colocadas no funcionan –según los representantes sindicales–». Pero hete aquí que, como por arte de birlibirloque, de una de esas cámaras inexistentes –o acaso fuera de una de las estropeadas, que sobre esto no hay nada escrito–, se logró recuperar una grabación en la que se podía advertir a un animalito que se desplazaba con sigilo para colocarse bajo un coche estacionado en la soledad de la noche. Lo que sucedió allí debajo nadie puede explicarlo con fundamento, porque nada se ve en la cinta. Mas, desde el campo de las suposiciones sí se podía solucionar el enigma: aquel animalito grabado por una cámara milagrosa tenía que ser, casi sin duda, el que había rumiado los cables. Además, con tan solo escribir en internet «animales que comen cables de coches», aparecen citadas las martas (en mi pueblo preferimos llamarlas garduñas). La ecuación, tratándose de un parque natural, parecía definitivamente resuelta.

Sin embargo, el comité de empresa de Cantur no se ha tragado esta versión, que es la que ofrecen los responsables de turismo del gobierno regional, y asegura que el animal que apenas se vislumbra en la cinta es un gato, por lo que, queriendo darnos gato por liebre, en realidad nos están dando «marta por gato». Aunque puedan tener razón, se equivocan reclamando un informe de la Guardia Civil. Un caso tan complejo puede superar sus capacidades. Honestamente, creo que este enigma solo puede resolverlo Iker Jiménez, perito en chupacabras y otros especímenes de la criptozoología.

martes, 1 de julio de 2025

CALOR Y LITERATURA (2 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 2 de julio de 2025 (fotografía DM, Javier Cotera)

He visto al mirlo que anida en mi jardín dirigiéndose al agua de los estanques con el pico abierto por el calor, diría que agotado. Su visión trajo a mi mente imágenes de García Márquez, cuya obra repite escenas en las que los pájaros, por el bochorno del trópico, rompen «las alambreras de las ventanas para morir en los dormitorios».

Estaba celebrando un cumpleaños con un grupo familiar en el que se encontraban dos mejicanos. Habían llegado a España desde una zona de su país cercana al desierto. Amantes de la literatura, ante nuestras quejas por el calor citaron de memoria la frase con la que uno de los personajes de Juan Rulfo definió Comala: «Ustedes se quejan de vicio», dijeron con su tono dulce. «Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija». Quizás la exageración sea cierta, pero me defendí aduciendo que este año se nos había colado en Cantabria una canícula continuada que, como diría Rosalía de Castro, «enerva y rinde». Las noches son tropicales –en mi pueblo, la del domingo alcanzó 24º, con una sensación térmica de 27º– y los días se suceden superando los treinta.

Dicen las estadísticas más rigurosas que «el calor extremo nos vuelve agresivos y violentos», lo que demuestra que, aunque racionales, nuestra animalidad está sujeta al dictado de la naturaleza. Tendremos que extremar las precauciones, porque las olas de calor van a ser cada vez más continuas. Deberemos beber mucha agua, buscar las sombras y evitar las horas de mayor agresividad del sol, permaneciendo en casa bien resguardados del peligro: ya advertía un titular de este periódico de lo que pasa en Valderredible cuando se ponen los huevos al sol.

miércoles, 25 de junio de 2025

OBISPOS Y ELECCIONES (25 de junio de 2025)

 

El Diario Montañés, 25 de junio de 2025

Los tiempos han cambiado una barbaridad, y a su rebufo los de la Iglesia. Hay centenares de templos que han instalado cepillos digitales para recaudar los donativos (limosnas), que se pueden realizar en efectivo, con tarjeta o Bizum (desconozco si con límites operativos, porque la institución es perita en bulas). De esa forma no existe ningún riesgo de hurtos indeseados.

Hace unos años solo nos hablaban de la X para que la marcásemos en su casilla al hacer la declaración de la renta. Ahora algunos de sus miembros más destacados utilizan X como red social (antiguo Twitter) para comunicarse con su rebaño y compartir con él la información necesaria. Es la versión moderna de una Iglesia que se ha puesto al día.

Esta semana, con valentía e innegable vocación democrática, los obispos españoles han pedido elecciones anticipadas, sabedores de que, aun formando parte del mundo divino, nada de lo humano les es ajeno. «Que hablen los ciudadanos es un principio básico de una democracia», ha manifestado categórico Luis Argüello, portavoz de la Conferencia Episcopal, en clara demostración de que no concibe separación alguna entre la vida religiosa y la política. Así pues, no debe permanecer tranquilo el César pensando solo en sus asuntos, porque al final también son de la Iglesia, que es de Dios.

Los obispos se sienten peor tratados cuando gobierna la izquierda, que en cuanto huele poder no pierde ocasión de echarle fuego a los casos de abusos sexuales. Situaciones por las que ellos han pedido públicamente perdón. En su caso, una petición verdadera, como los besos de la española. El perdón de Sánchez apenas tiene validez, porque dicen que, aunque «humanamente sea reconocible, políticamente es irrelevante». Y para más inri no lo ha pedido en confesión, que es cuando los casos más peliagudos obtienen absoluciones definitivas.

martes, 17 de junio de 2025

YA NO HAY LADRONES BUENOS (18 de junio de 2025)

 


El Diario Montañés, 18 de junio de 2025

Los expositores de la feria del libro de Madrid recibimos recientemente un aviso que me llenó de satisfacción: el servicio de seguridad había localizado a un hombre y una mujer robando libros. La satisfacción no me la producía su descubrimiento sino el hecho de que todavía quede alguien que, aunque sea hurtando, quiera acceder a la lectura. Pero ¡ay!, mi gozo en un pozo, porque la nota aclaraba que los ladrones culturales se dirigían después a otra caseta, distinta de la rapiñada, para devolver los libros, aduciendo que los tenían repetidos, y pedir así que les reintegrasen el importe.

Ábalos, Cerdán, Koldo, y vaya a saber usted cuántos más, no robaban libros porque no los necesitaban (quizás alguno para apuntar su contabilidad en B). Que se sepa hasta ahora, presuntamente realizaban mordidas económicas a cambio de concesiones de contratos, y algunos de ellos, además, con el estilo casposo del Torrente de Segura, hablaban de mujeres como quien intercambia cromos: me «gusta más Ariadna», pero «la Carlota se enrolla que te cagas», pues, «la que tú quieras». Ladrones y putañeros.

Hasta ahora ninguno ha salido a pedir perdón siguiendo el ejemplo de san Dimas, el buen ladrón, que estando crucificado junto a Jesús «se arrepintió de sus pecados y le reconoció como Hijo de Dios, por lo que recibió la promesa de estar con él en el paraíso». Como al parecer ya no quedan ladrones buenos, tuvo que ser Sánchez, maquillado en exceso para recalcar su pesadumbre, quien pidiera perdón varias veces a la ciudadanía.

No sabemos si ese acto de contrición le alcanzará para continuar en la presidencia de la nación o, como san Dimas, obtendrá el beneficio futuro de contemplar a Dios de cerca. Que, como diría Rajoy, «no es cosa menor; dicho de otra manera, es cosa mayor».

 


martes, 10 de junio de 2025

SIN IRA (11 de junio de 2025)

 

El Diario Montañés, 11 de junio de 2025

En España seguimos empeñados en regar la tierra buscando el rebrote de la ira. La sombra de Caín persigue el enfrentamiento, patria del tú o del yo, del conmigo o contra mí, de manifestaciones en las que resulta rentable, aun siendo puta, llamárselo a la Zapatones, desde un pretendido espíritu democrático apenas cuestionado.

Libertad sin ira, pedía Jarcha en los albores de la democracia, tras cuarenta años de dictadura. Veníamos de un solo pensamiento político, de una sola patria –grande y libre– y de una sola lengua. Una época oscura, a la que algunos parecen querer volver, que Dámaso Alonso poetizó en ‘Hijos de la ira’, cuando escribió que Madrid era una ciudad de un millón de cadáveres que se pudrían lentamente (ahora en Madrid, en España, en el mundo, somos muchos más, no muertos por las mismas causas de entonces, pero pudriéndonos por la indiferencia ante las injusticias, protegidos por nuestro bienestar, que queremos salvaguardar de los que llegan de lejos).

Estoy en la Feria del libro de Madrid, que el pasado domingo, a las once de la mañana, pese a la enésima manifestación preparada contra el gobierno de Sánchez a la misma hora, estaba rebosante. Nunca he visto tantas personas por los pasillos de El Retiro, paseando entre las casetas, dando preferencia a la cultura frente a la crispación. Quizás como muestra de que hay gente para todo y de que no conviene seguir la senda de quienes pretenden ocupar un puesto que consideran suyo por la gracia divina, no por los votos.

Estoy en la Feria del libro de Madrid, en la que casi 400 casetas conviven sin objeciones –242 de editoriales, 125 de librerías y 10 de distribuidoras–. Una oferta cultural de todos los actores del libro. Sin impuestos ni caciquismos. Con libertad. Sin ira.

martes, 3 de junio de 2025

LOS MÁS SIMPÁTICOS (4 de junio de 2025)


 El Diario Montañés, 4 de junio de 2025

Si no fuera porque la estupidez humana supera todas las cautelas de la lógica, pensaría que la carrera de espermatozoides que se organizó en Los Ángeles fue una noticia falsa. Mas no, resulta que un adolescente, Eric Zhu, superó el millón de dólares de recaudación para hacerla posible, con la excusa científica de «llamar la atención sobre la infertilidad masculina», porque, según él, la ciencia certifica que la cantidad de espermatozoides por eyaculación se ha «reducido a la mitad en los últimos cincuenta años». Y Zhu pretendía resaltar la necesidad de la salud reproductiva, no fuera que en un futuro no deseado «nadie pueda tener hijos». Le manda huevos, nunca mejor dicho.

Apenas repuesto de la corrida de cabezones –retransmitida para todo el mundo–, me enteré de que Donald Trump Jr. –hijo mayor del presidente americano– ha invertido en una empresa que promoverá en Las Vegas la celebración de unos Juegos Olímpicos con dopaje –Juegos Mejorados los llaman– en los que no solo estarán permitidas las sustancias prohibidas en las competiciones ordinarias, sino que su consumo será exigido para pulverizar las marcas y «cambiar el deporte para siempre». Quiere, con la ayuda de estimulantes, que los deportistas sean más rápidos, más altos, más fuertes. De ahí a aplicar los resultados a nuestra productividad laboral solo hay un paso.

Nuestros juegos extravagantes, quede dicho, son más de andar por casa. Y no necesitan escudarse en la ciencia, tan solo en el humor: lanzamiento de huesos de aceituna en Murcia, de dátiles en Elche, de cerezas en Vigo… o cada 26 de julio celebración del Campeonato Mundial de Comedores de Sobaos en Ambrosero.

De haber participado en la carrera, posiblemente nuestros espermatozoides no habrían ganado. Pero con su chispa entrarían los primeros al ovocito, tras partirlo de risa. Y sin fraudes.

martes, 27 de mayo de 2025

SITUACIONES IRRITANTES (28 de mayo de 2025)


 El Diario Montañés, 28 de mayo de 2025 (fotografía Daniel Pedriza DM)

En la feria del libro de Portillo (Valladolid) varios colegas de la profesión almorzábamos en un restaurante que ocupa la antigua iglesia. Éramos escritores y editores –cuando recapacito, me pregunto por qué casi nunca hay libreros–, y en la conversación de sobremesa el nombre que más se repitió fue el de Revilla, quizás evocado por las anchoas que tomamos como entrantes. «Puedes escribir un artículo sobre él –me dijo un compañero–, porque menudo error ha cometido el emérito al denunciarlo. Revilla es un “animal” de la comunicación, y los periodistas lo saben. Modula a la perfección las emociones, e incluso consigue encaminarlas al borde de las lágrimas. El público lo apoyará sin fisuras para que gane su “desigual batalla”. El emérito ha querido salir del desierto de la indiferencia, pero enfangará su imagen».

La tarde menguaba de regreso a Cantabria, mientras analizaba las posibilidades del escrito. Pero, en un momento, se impuso otro con fuerza. A la altura de Arenas de Iguña, la autovía, cerrada por obras, obligaba a los vehículos a circular por la antigua carretera nacional, pródiga en abandonos y penumbras (sazonado todo por la morrina que anublaba la visión). Al llegar a Los Corrales respiré porque pude incorporarme de nuevo a la autovía, mas, apenas unos kilómetros después, hube de retornar a la carretera antigua hacia Las Caldas del Besaya. Un forzado regreso al pasado. ¿Qué sucede con nuestras comunicaciones –me dije–, que ni Revilla ganó esa batalla en su día?

Cuando el próximo mes regrese en tren de la feria del libro de Madrid, ya me ha comunicado RENFE que en Palencia nos esperará un autobús para acercarnos hasta Cantabria por esos mismos andurriales.

Sé que para que las cosas estén bien, primero deben estar mal. Pero, por habituales, hay situaciones que irritan.



martes, 20 de mayo de 2025

ADIÓS, FELISA, ADIÓS (21 de mayo de 2025)

 


El Diario Montañés, 21 de mayo de 2025

Tardaba en salir la fumata, aunque los más pesimistas presentíamos el humo negro que podía obstaculizarle al Gremio de Editores su presencia en la Feria del Libro de Santander. Porque en este negociado cultural, incapaces de luchar contra el enemigo verdadero, siempre estamos dispuestos a hacerlo entre nosotros. No es extraño que el tenderete amenace ruina. El negocio agoniza mientras dos de sus más importantes actores culturales –libreros y editores– tratan de arrancarse entre sí la mascarilla del limitado oxígeno que brota de las ventas. Cada uno va a lo suyo, caínes y abeles que, por maldición divina, llevan la discordia por bandera y ahora no quieren compartir la escasa limosna de las ferias. Es el mundo al revés, capaz de sacrificar a los más pequeños para mayor abundancia de los grandes, que de esa manera siguen imponiendo su vergonzosa uniformidad cultural.

Dice la IA, de quien tanto discrepo porque está aprendiendo a nadar y guardar la ropa antes que a ser valiente, que «la relación entre libreros y editores es dinámica, y puede ser de cooperación, competencia o conflicto, dependiendo de las circunstancias». No quiero ser tan superficial como ella. A simple vista puede parecer que en Cantabria se ha optado por el conflicto porque los libreros quieren seguir manteniendo los aranceles del 25% que imponen a los editores para acudir a «su feria de libreros», que no del libro. Y que estos no lo consideran justo –mucho menos aún en esta edición, en la que se ha reducido a la mitad el espacio de su caseta–. Pero, sin duda, hay otras razones subyacentes de mucho más calado.

Si no se impone el sentido común para intentar descubrirlas, dialogar y subsanarlas, los editores cántabros no acudirán a la edición de Felisa 2025, que, por ello, estará más desamparada.


domingo, 11 de mayo de 2025

BIBLIOTECA INMATERIAL (14 de mayo de 2025)

 

El Diario Montañés, 14 de mayo de 2025

Domingo gris. Cielo melancólico. Releo al portugués Gonçalvo M. Tavares, que aumenta mi aflicción con la rotundidad de su pensamiento: «¿Qué hacer con el número de teléfono de la persona que ha muerto? ¿Dónde lo pones? ¿En qué agenda? Envejecer es un poco esto: primero, solo hay una agenda: la de los contactos de los vivos. Después empieza la de los muertos, con un nombre; luego dos, tres. Y sí, en poco tiempo, las dos agendas tendrán el mismo peso».

Vivir –lo dice Borges– es un «desgaste incesante hacia la muerte». Con el paso de los años, la vida se nos llena de ausencias y comienza a gravar la partida de los otros. Ese vacío ocupa ya con excesivos muertos la agenda de mi teléfono móvil. Y de sus conversaciones –algunas optimistas frente a un cáncer o una enfermedad que luego los venció sin misericordia– mi wasap de amigos. Sucede lo mismo con las fotografías, que abarrotan mi carpeta de imágenes, presentes en su inexistencia, de compañeros del alma que jamás veré vivos. ¿Qué hacer con todo ese material que de alguna manera los mantiene presentes en la inmaterialidad de la memoria? Imposible eliminarlo. Es su forma de persistencia.

Permitidme una licencia poética, en forma de giro brusco de guion. Quiero hablaros de una fotografía que publicó este periódico el domingo 5 de agosto de 2018, en la que aparecemos diez personas con una biblioteca a nuestras espaldas: «La Biblioteca de Menéndez Pelayo inicia a final de año las obras de su rehabilitación», dice la noticia.

Al ver las estanterías repletas de sabiduría he tenido idéntica sensación que cuando reviso los teléfonos, los wasaps o las imágenes de los muertos. Porque, tras siete años, la biblioteca solamente vive en imagen.

Los «diez custodios», según parece, seguimos aquí. Algunos, para denunciarlo.

martes, 6 de mayo de 2025

IMPOSIBLE DEBATIR (7 de mayo de 2025)

 

El Diario Montañés, 7 de mayo de 2025

La otra mañana, por descuido, me levanté con el pie izquierdo. Debo confesar que, aunque no soy supersticioso, comencé la jornada con la extraña sensación de que la cosa podía torcerse en cualquier momento, pues por tradición heredada tendemos a confundir zurdo con siniestro. Ejemplos hay a cientos. Me viene a la cabeza el de Quico, protagonista de ‘El príncipe destronado’, a quien su madre reprendía cuando a la hora de comer cogía los cubiertos con la izquierda. Su padre, sin embargo, decía con sorna que «el zurdo lo es porque tiene más corazón que el diestro, pero los diestros les corrigen porque no toleran que otros tengan más corazón que ellos». (Quizás esto lo escribió Delibes como justicia poética de un zurdo de pensamiento).

En aquel entonces no era conocido ni tenía poder –esto es lo peligroso– el argentino Milei, que sostiene ahora que no hay que darle ningún lugar «a los zurdos de mierda». Tampoco en ese pensamiento se ha querido quedar escaso Abascal, que los define como «unos mierdas sin principios». Es posible que el padre de Quico tuviera razón, y lo que en realidad no pueden soportar estos diestros salvapatrias es que otros antepongan el corazón cuando piensan.

Sea como fuere, la sorpresa más grande de ese día que inicié a pie cambiado no me la ofreció un zurdo político, sino una persona del otro extremo ideológico: «No insultes mi inteligencia –me dijo mientras conversábamos–, ni me supongas tan estúpido como para mantener que la tierra es plana. Eso déjalo para los ignorantes. Pero tampoco me creas tan necio como para que me trague que el hombre ha pisado la luna». Lo soltó con un par. Sin corazón ni cabeza.

Luego, incontinenti, caló la gorra, diose media vuelta… y ya no hubo más que hablar.

martes, 29 de abril de 2025

SIN ELECTRICIDAD (30 de abril de 2025)

 

El Diario Montañés, 30 de abril de 2025 (fotografía Javier Cotera, DM)

Lunes 28 de abril. Temo que se agote la batería del portátil, porque debo entregar este artículo y no tenemos electricidad en España, Portugal ni en algunas partes de Europa. Ahora comprobamos la cantidad de situaciones de nuestra vida diaria que penden de un hilo. De camino a mi domicilio, desde la imprenta en la que concebimos nuestros libros –paritorio de ideas plasmadas en papel–, he visto a los vecinos de una urbanización comunicándose de ventana a ventana, a obreros en la puerta de sus empresas porque máquinas y ordenadores se han apagado, a jóvenes pasmados ante el eclipse de sus móviles.

He tenido el impulso de detenerme en un bar al ver un grupo de parroquianos charlando en la terraza. Perderse su conversación en estas circunstancias sería imperdonable. Habían olvidado las discusiones del partido Barça/Madrid y se centraban en lo que de verdad importaba. Y pillo algunas frases al vuelo: «Son los rusos, sin duda. Que no nos cuenten milongas». «Claro que sí. Ya te dije que teníamos que comprar el kit de supervivencia, y tú te reías, pero seguro que esto es solo el principio». «Como se pongan de acuerdo Putin y Trump para repartirse el mundo, lo vamos a tener jodido». «Es un sabotaje en toda regla, hombre; además, así nos convencerán de que es imprescindible que invirtamos en defensa». «Algo muy necesario, porque aquí somos tan ingenuos que pensamos que todo el mundo es bueno».  

Llego a casa. Hoy comeremos de latas. Hace tiempo que la tecnología nos hurtó el fuego del hogar. Y, aunque el fuego esté en el origen de su nombre, no tenemos dónde encenderlo. Menos mal que, mientras haya luz solar, nos refugiaremos en la prensa y los libros en papel. Bendito funcionamiento el suyo: nos alumbran sin necesidad de electricidad.


martes, 22 de abril de 2025

EL LIBRO AYER Y HOY (23 de abril de 2025)

 

El Diario Montañés, 23 de abril de 2025

El bibliobús llegó al pueblo anunciándose con música, al tiempo que una voz grabada repetía insistente que traía el maná de la cultura. Estacionó en el aparcamiento del ‘Bar Aníbal’, cuyos límites acababan de definir poco antes con grava y unas vallas amarillas que mostraban escritas en letras negras una leyenda que no podían deletrear los parroquianos. Ninguno atinó tanto como quienes pronunciaron con dificultad «Güepes» o «Esgüepes». La incógnita solo se resolvió cuando la televisión emitió el primer anuncio, porque ni siquiera los dos bachilleres del pueblo, que ya alternaban en el bar y encendían cigarrillos sin censura, se habían atrevido a aventurar una respuesta por miedo a meter la pata: Schweppes.

Lo cierto es que allí estaba aparcado el bibliobús. Cuando los más atrevidos entramos en él con gran respeto, descubrimos que los estantes de aquella biblioteca ambulante guardaban en continentes de papel un pequeño mundo de fantasías, desconocido en gran parte para nosotros, pero todavía abarcable. Clásicos de siempre y modernos de entonces, hoy clásicos, convivían en armonía orientándonos hacia una pasión lectora que no sufría tantas amenazas como ahora. Aquel universo nos hidrataba el alma, como la tónica americana de nombre impronunciable de las vallas del aparcamiento nos permitía superar la mediocridad del sifón que bebíamos en el cine durante el descanso de las películas –«se recomienda visitar el ambigú»–. ¡Y, además, de manera gratuita!

El universo de la oferta lectora resulta hoy inabarcable. Por eso una de las tareas principales de expertos y críticos debería ser la de desbrozar los caminos para que no los enmarañe el marketing engañoso de las grandes editoriales. Porque, aunque de vez en cuando surgen nuevas estrellas en el firmamento novelístico, la mayoría suelen ser fugaces y se encuentran a años luz de poder ofrecernos una mínima calidad literaria.

martes, 15 de abril de 2025

UN AUTÉNTICO FAR WEST (16 de abril de 2025)

 

El Diario Montañés, 16 de abril de 2025 (fotografía DM, Luis Palomeque)


Corría el año 1982. Las editoriales celebraban sus congresos en los mejores lugares turísticos de España. Yo trabajaba en Anaya, y aquel año acudía a Fuengirola a mi primera convención comercial. Visto desde fuera, pasar cinco días en la ciudad de la Costa del Sol parecía algo de lo más grande. Llegamos al hotel de noche, para comenzar el simposio al día siguiente, por la mañana. Después de desayunar, nos anunciaron la primera sorpresa. Ese año nos acompañaría un autor de lujo, el lingüista y académico Fernando Lázaro Carreter. ¡Menudo bautismo iba a tener yo! Mejor, imposible. A la mañana siguiente, en efecto, se incorporó a las presentaciones. Me encontré con él momentos antes, cuando venía de dar su acostumbrado paseo matinal. «¿Qué le ha parecido Fuengirola, don Fernando?», le pregunté como despedida de nuestra breve charla. Recuerdo literalmente su contestación: «Un auténtico ‘far west’».

La frase me ha estado rondando por la cabeza desde que tuve noticia de que Santillana del Mar, joya de la corona de nuestro turismo, ha sido apercibida «por la proliferación de cartelería en las fachadas», ya que, como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, no está cumpliendo con las obligaciones derivadas de tal distinción. Y eso que el informe no denuncia la mercadería que siembra las casonas de jarras, camisetas, imanes para frigoríficos, tirachinas, llaveros, espadas de madera, azulejitos, peluches, navajas…

Estamos a un paso de alcanzar a Fuengirola. A poco que se avíen las paredes con sandalias, flotadores de playa o similares, lo lograremos. El ejemplo tiene que propagarse con fuerza por cada rincón regional, no solo en Santillana. No debemos desmayar. Las ferias de abril, las previstas carreteras con impacto ambiental, los teleféricos u otras ocurrencias análogas colocan ya a Cantabria muy cercana a un ‘far west’ turístico.   

martes, 8 de abril de 2025

NO PERDAMOS LA PERSPECTIVA (9 de abril de 2025)

 

El Diario Montañés, 9 de abril de 2025

No debería ser tan ingenuo, señor Revilla. Eso de que nadie es más que nadie queda muy bien sobre el papel, pero en la realidad no es así. Usted mismo refiere que «mojó» por primera vez en un prostíbulo, «con dieciocho años… y pagando», algo impensable en otros que, con maneras soberanas, pueden permitirse retribuir servicios de condición más lujosa.

«No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante», repite doña Rosa, en ‘La colmena’. Pues eso, que no deberíamos perderla. Mientras usted en la niñez pastoreaba ovejas por las laderas de Peña Labra, el otro se educaba para pastorear a todo el país. Y eso también coloca a cada uno en su lugar, porque, como quiera que no todos los pastores son iguales, algunos nos siguen considerando ovejas siervas. A cada cual, pues, lo suyo y según su nivel. Además, debemos tener mucho cuidado, porque cuando se declara emérita a una persona se siguen manteniendo sus honores y algunas funciones, aunque una vez jubilada brillen por su ausencia.

Tampoco perdamos la perspectiva de que antes de molestar a alguien deberíamos tener en cuenta su categoría y condición. Lo ha refrendado nuestro consejero de sanidad: «No se puede convocar a un consejero a que suba al Parlamento en una tribuna a hablar de si hay un turno de enfermería por la noche o no lo hay. Eso no es política sanitaria. Eso es de concejal de pueblo» (entre los concejales también distingue categorías). Él, César Pascual, está para resolver retos más complicados. Como el que plantean los médicos jóvenes, que prefieren tiempo libre antes que guardias y peonadas. Y, si no perdemos la perspectiva, deberíamos darles la razón. «Trabajar sin tregua y sin fin, es lo mismo que una condena» que, con sensatez, quieren eludir.

 

martes, 1 de abril de 2025

EL MES DEL LIBRO (2 de abril de 2025)

 

El Diario Montañés, 2 de abril de 2025

Me sorprende que quienes han confeccionado el kit de supervivencia no hayan incluido en él ningún libro. «Será –comentaba a mi compañera Begoña, con quien tantos he cuidado– porque el kit es para las primeras setenta y dos horas, y en ese tiempo estaremos más preocupados de solucionar los asuntos adversos que de enfrascarnos en el sosiego de la lectura». «Ya, pero deberían tener en cuenta lo bien que arde el papel cuando se arrancan las hojas –dijo pragmática–, y cuánto podría ayudar para encender una lumbre, si fuera necesaria». Tenía razón, y ante su lógica no supe qué contestar. Si acaso, que el otro papel –el que hoy representa– no es tan importante como cuando se proclamaba a los cuatro vientos que un libro ayudaba a triunfar.

Precisamente ahora que llega el mes del libro, no deberíamos perder de vista que sufrimos una preocupante escasez de lectores, al mismo tiempo que un aumento exponencial de escritores. Curiosamente, la abundancia de escritores puede resultar negativa, pues si no encuentran una editorial que los publique sienten la tentación de autoeditarse, algo que no es malo en sí, pero cuando la edición no está regulada por filtros profesionales viene a ser –lo he dicho otras veces– como dejar la sanidad en manos de curanderos.

Algunos «autoeditados», seguros de sí mismos, escriben en las redes consejos tan engañosos como estos: «Una editorial necesita autores para su negocio. Un autor no necesita una editorial para llegar a sus lectores. Hazte editor de tu propio trabajo». Sin duda, tienen la idea equivocada de que los editores nos dedicamos solamente a publicar, ignorando que nuestro principal cometido es cuidar la calidad del contenido y el continente para que el libro siga siendo un objeto noble. Aunque no lo hayan incluido en el kit de supervivencia.

martes, 25 de marzo de 2025

PELIGRAN LOS HUEVOS (26 de marzo de 2025)

 

El Diario Montañés, 26 de marzo de 2025

Parece una contradicción que con Trump en el poder haya pocos huevos en EE.UU., pero el destino ha querido tal confluencia. La noticia es alarmante para nuestra economía real, la de todos los días, porque ante su escasez en el mercado americano el precio ha comenzado a dispararse en España. Ya sentíamos una nostalgia silenciosa cuando los cocinábamos sin apenas aceite –los huevos parecen más tristes pasados por agua o fritos a la plancha, no digáis que no–, pero así nos lo aconsejaba el precio desproporcionado del zumo de aceituna, aunque disfrazásemos su desuso tras los peligros del colesterol. También habíamos olvidado el atractivo de las puntillas, festoneadas de gotitas que eran una incitación al moje. Y estábamos acostumbrados a verlos en los platos rodeados de menos patatas, porque el año pasado los tubérculos habían multiplicado su coste. Pero, como la desgracia en casa de los pobres no sosiega, ahora que el aceite y las patatas han reducido sus precios a valores más soportables, nos vienen con lo de la subida de los huevos. Le manda…

Las consecuencias de su sobreprecio se reflejarán en la cocina y en otros asuntos. Aunque algunos sientan ganas de hacerlo, estaría mal lanzárselos a los políticos, pues sería una práctica insolidaria, cercana al vandalismo económico.

Con lo que se nos viene encima, tenemos el deber de cuidar mucho de los huevos y de las gallinas, porque, pese a su alarde de testosterona, Trump acabará comprándoselos a Europa, y atravesaremos un tiempo de necesidades.

De otros huevos, de los metafóricos, vamos sobrados en nuestro país. Con ellos «bien puestos» adorna el toro de Osborne los atardeceres en las lomas patrias y ocupa el centro de algunas banderas, empujando al aguilucho, símbolo de Franco, quien, por cierto, según algunos era monórquido. El dictador, quiero decir.