jueves, 24 de mayo de 2012

DESCONCIERTO EDUCATIVO (13 de abril de 2012)


Diario Montañés, 13 de abril de 2012

En 1970, la Ley General de Educación de Villar Palasí puso fin a la prohibición de la enseñanza mixta en España. Desde entonces la convivencia de niños y niñas en las aulas se fue extendiendo de la escuela pública a la privada, y alcanzó a la práctica totalidad de los centros cuando en 1985 se condicionó la obtención de fondos públicos al cumplimiento de esa exigencia.
Uno de los colectivos que rechazó desde su fundación la mezcla de sexos fue el de los colegios de Fomento, vinculados al Opus. Pero su rechazo se limitó a no aceptar el modelo de enseñanza mixta, ya que nunca le hicieron ascos a las subvenciones públicas. Y como los jueces tienen formas diversas de interpretar las leyes, no en todos los lugares han corrido igual suerte, lo que ha propiciado que buena parte de esos centros sí reciban dinero público para desarrollar un modelo diferenciado de enseñanza.
Aquí, en Cantabria, la anterior consejera de educación, Rosa Eva Díaz Tezanos, decidió retirar el concierto económico al colegio Torrevelo por no cumplir tal requisito y, pese a los recursos legales que interpuso el centro, dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria avalaron su resolución.
Ahora el consejero Serna, amparándose en una fusión meramente administrativa de dos colegios –juntos por conveniencia, pero no revueltos– y en un compromiso electoral de su partido, ha decidido devolvérselo.
A lo mejor el asunto no resultaría tan grave si la educación pública no estuviera sufriendo recortes brutales, si el colegio no tuviese una línea ideológica tan marcada, si la maniobra de fusión no hubiera sido tan burda y si el consejero no perteneciese a la misma organización que sustenta al centro educativo.
Porque en todo este asunto, con independencia de los matices legales, hay dos cuestiones palmarias: que Torrevelo confunde la enseñanza con la educación para la vida, y que la decisión del consejero, si no alejada de la ética –que eso ya se verá– si lo está, y mucho, de la estética.

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