jueves, 24 de mayo de 2012

HOTEL CABÁRCENO PARK (7 de mayo de 2012)


Diario Montañés, 7 de mayo de 2012

En uno de mis anteriores artículos he hablado de esa enfermedad, tan común como perniciosa, que lleva a los integrantes de un mismo partido político a compartir sin fisuras el discurso único, aunque para ello tengan que realizar auténticos malabarismos verbales. Ahora podemos corroborarlo con las reacciones que se han producido tras el anuncio de la construcción de un hotel dentro del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Ajenos a los intereses de sus vecinos, varios alcaldes de ayuntamientos del entorno del parque han hecho piña alabando la ocurrencia de Ignacio Diego, y ninguno ha osado levantar su voz discordante para denunciar el peligro que corren los negocios de hoteles y casas rurales en sus municipios.
No estoy en contra del progreso, pero sospecho que quien se acerca hasta Cabárceno lo hace atraído por la presencia de los animales que viven en semilibertad y por su belleza natural, y no se plantea en absoluto la necesidad de que allí haya ningún alojamiento. Por eso estimo que sólo cuando las plazas hoteleras que ofrecen los municipios limítrofes sean insuficientes, se puede pensar en construir algún hotel en los aledaños del parque, nunca en su interior. Pero, lamentablemente, la realidad de esos municipios –Liérganes, Penagos, Medio Cudeyo, Camargo, Astillero, Villaescusa y Santa María de Cayón– dista mucho de esa situación utópica. De hecho, la ocupación hotelera media esta semana santa no ha alcanzado en ellos el 50% de su capacidad.
Ahora los pequeños y medianos empresarios hoteleros de la zona se han quedado desprotegidos ante el ladrillazo inminente, que viene propiciado por «una propuesta empresarial» interesada y avalado por una decisión política que, por el afán de dar trabajo a unos pocos, puede poner en peligro el de muchos.
«Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras», proclama una frase falsamente atribuida a Cervantes. Pero algunos alcaldes, dando la espalda a sus administrados, han preferido callar, pusilánimes. Otros, sólo han hablado para ensalzar la infalibilidad de su jefe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario