jueves, 24 de mayo de 2012

MENOS Y MÁS VIEJOS (16 de marzo de 2012)


Diario Montañés, 16 de marzo de 2012


El último informe del Instituto Cántabro de Estadística confirma que Santander sigue perdiendo población y que sus habitantes son cada vez más viejos. Por el contrario, quienes más crecen son los municipios circundantes.
Esta circunstancia es habitual en las ciudades de mediana población, como demuestra un documentado estudio de Jordi Mallarach y Joan Vilagrasa, de la Universidad de Lleida, publicado en 2002 con el título de “Los procesos de desconcentración urbana en las ciudades medias españolas”.
Un trabajo que concluye resaltando la incidencia de la autovía Santander-Torrelavega en la pérdida de población de ambas localidades y en el crecimiento de las del entorno de su trazado.
Y es que las ciudades, como las personas, nacen, crecen, envejecen y, si no se pone remedio a tiempo, comienzan a morir.
He vivido durante once años en Castro Urdiales, una población en la adolescencia evolutiva en cuyas calles se respira la alegría bulliciosa de los niños. El mismo bullicio que se percibe en Camargo, Astillero, Bezana o Sarón –por citar sólo algunos núcleos cercanos a la capital–, ciudades pequeñas, o pueblos grandes, cuya reivindicación prioritaria suele ser la ampliación de los colegios.
En Santander, el paseante se enfrenta a un panorama muy distinto. Su población, envejecida, parece vivir feliz en la atonía (¿agonía?), contemplando desde las terrazas de las cafeterías del paseo Pereda el paso alegre de la paz ciudadana. Con la tranquilidad de ver, al fondo de la bahía, el faro rojo del búnker, ángel custodio de sus ahorros de cuentarrentistas, y con el consuelo espiritual de poder acudir un miércoles de cada mes a la parroquia de El Cristo a recibir una misa preconciliar y anacrónica, de espaldas a los fieles y a los asuntos mundanos. Un elogio de la modernidad.
Si no se emprenden de inmediato políticas que atraigan a las parejas jóvenes, la demanda, en vez de colegios, será de geriátricos.
Urge ponerle remedio.

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